María tiene 15 años, su enamorado 16; ellos son, aparentemente una pareja normal, salen a pasear, al cine. Un día María eligió una falda que a su enamorado no le gustó, entonces la tomó fuertemente del brazo y le exigió que se cambie de ropa; ella un poco asustada le hizo caso. Otro día van a comer y María sonríe al saludar a su amigo de colegio, al enamorado no le gusta nada eso y le da un pellizco. En la noche él va a recogerla para ir al cine y ella tarda un poco en salir. Entonces él se pone furioso por la demora y le increpa con un grito y le jala el cabello. Ella se queda en casa triste pero a la vez sintiéndose culpable, no debió tardar, ni sonreir al amigo, ni usar la falda corta. Esta joven está siendo maltratada y no lo sabe y lo tolera, ella cree que es "normal" porque "papá trata así a mamá".
Paola tiene un matrimonio de 18 años y más de 6 moretones en el cuerpo, su esposo cada vez que regresa ebrio la golpea, ella se siente culpable porque siempre para él, ella hizo algo mal; además tienen 3 hijos juntos, entonces piensa que debe soportarlo todo "por los niños".
Roxana tiene 30 años y no se quiere casar, ha visto el sufrimiento de su madre en silencio, cada grito, cada humillación pública que le ha hecho su marido. Roxana no quiere que su vida sea como la de su madre.
Juana dice "mi esposo nunca me ha pegado". Pero dentro de sí misma sabe que las palabras, las ofensas, las humillaciones de su marido le duelen tanto como el golpe más fuerte que podría recibir una persona.
Hablar sobre la violencia a la mujer es un tema inagotable, 1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo algún tipo de violencia física o sexual de parte de su compañero de vida. Se estima que el 35% de las mujeres a nivel mundial ha sufrido algún tipo de maltrato llámese violencia física o sexual. Una cifra alarmante verdad?
Diariamente los noticieros nos bombardean con historias similares a las relatadas al principio de ésta reflexión. Ya es hora de que ésto cambie y sólo depende de nosotras que así sea.
Muchas mujeres piensan en los niños y por "el amor a sus hijos" prefieren aguantar el maltrato de sus parejas. Sabemos que si nuestros hijos nos ven felices, ellos serán felices también, pero si nuestros hijos nos ven sufrir, ellos sufrirán mucho más que nosotros y no sólo eso, ellos se culparán pensando en que tal vez por ellos es que papá golpea o grita a mamá y las consecuencias serán terribles porque esos niños van a crecer inseguros y con la violencia latetente como una bomba de tiempo que no sabemos en qué momento va a explotar.
Mujeres somos una creación maravillosa de Dios, somos únicas, bellas, trabajadoras, inteligentes, no permitamos más que ningún hombre atente contra nuestra dignidad de mujeres. Si tú te valoras y te amas, nadie te va a agredir. Si te equivocaste, lo podrás hacer mejor la próxima vez. Es mucho mejor que tu hijo vea a sus padres separados que verlos juntos....pero viviendo un infierno. No calles, denuncia la agresión y aléjate, la vida es maravillosa y siempre Dios nos da una nueva oportunidad para ser felices.
Las heridas nos marcan es verdad, pero si nos lo proponemos esas heridas cicatrizarán y al final nos harán mujeres fuertes, seguras, decididas.
Seamos todas DE TITANIO