Hace unas semanas, buscando unos documentos, encontré un sobre con mis más grandes tesoros, no, no era dinero ni joyas, tampoco el testamento de algún pariente rico que me heredaba toda su fortuna. Mis tesoros son algunas cartas y tarjetas que me enviaron personas especiales en diferentes momentos de mi vida, cuando eran muy significativos para mi. La carta más bella, el tesoro más valioso de todos fue una carta de mi padre, del 23 de febrero de 1996, un verdadero tesoro en verdad!!
Mi papá era un hombre de pocas palabras, pero en esas pocas frases decía lo que cualquier hija hubiera estado feliz de leer, el amor que sentía por mi y lo mucho que me extrañaba. Yo en aquella época vivía en otra ciudad.
El haber encontrado esa carta me llevó con nostalgia a ese tiempo maravilloso en que escribir una carta era algo especial, desde la gramática, pues sería muy vergonzoso escribir una carta con faltas ortográficas, creo que todos, o por lo menos la mayoría nos cuidábamos mucho en escribir correctamente, ademàs de tratar de volcar en unas líneas todos nuestros sentimientos. Para las mujeres en su mayoría era todo un acontecimiento: buscar el papel con aroma si era para algún enamorado y después esperar, esperar con ansias días o hasta semanas dependiendo del lugar a donde se envió la carta.
Tengo hermosas cartas de amigos, algún enamorado, de mis padres y cada una de ellas me lleva a un viaje maravilloso de recuerdos, de risas, de experiencias que marcaron mi vida de alguna manera.
Por esa razón son mis tesoros, los cuales conservo con tanto cariño, han sido mi consuelo y compañía en momentos de suma tristeza, han sido mi alegría cuando con nostalgia he querido regresar a alguna época especial.
En estos tiempos de escritura fácil mediante redes sociales, donde las palabras van perdiendo su valor, porque no volvemos a poner en práctica el escribir, a puño y letra, a nuestra pareja, hijos, a quién se nos pueda ocurrir.
Actualmente en casi todo el mundo estamos atravesando lo que tal vez sea uno de las pruebas de fe más grandes, una pandemia que está acabando con mucha gente y eso nos tiene nerviosos, alterados, a veces utilizando un tono inadecuado, utilizando palabras no que no reflejan lo que realmente sentimos.
Hoy sería un gran momento para empezar a escribir una carta, con calma, con amor y decir todo aquello que no nos atrevemos a decir o que tal vez nos hemos olvidado de decir a esa persona que amas. No la podremos enviar todavía y tal vez no la enviemos nunca, pero creo que nos podría ayudar a pasar estos días de cuarentena e incertidumbre.